martes, 16 de octubre de 2018

“LA VIDA TRUNCADA DE POLICIAS GEMELOS”


Nacieron el 26 de mayo de 1990 en el municipio tolimense de Anzoátegui, en el seno del hogar conformado por la señora Leo Mary Ruiz Rodríguez y el señor José Guillermo Ulloa Vanegas.
Los gemelos José Guillermo y Jhon Alexander Ulloa Ruiz crecieron y se convirtieron en dos destacados policías. Sin importar la misión en la estuviesen, todos los días, sin falta, se llamaba por teléfono y se daban moral mutuamente.
“´Memo´ me llevaba un año de antigüedad en la institución y siempre me daba buenos consejos para ser buen policía, para dejar en alto el nombre de la Policía y para que me cuidara”, recuerda Jhon Alexander.
Pero la mañana del sábado 4 de abril de 2015, el conflicto armado acabó con la vida del buen consejero. Guerrilleros de las Farc activaron una carga explosiva, en el sector del Banco Arena, en la zona rural de Cúcuta, al paso de una camioneta de Platón en la que se movilizaba el patrullero José Guillermo, un carabinero experto en erradicación de cultivos ilícitos en el Catatumbo.
La noticia fue devastadora. Tan solo horas antes había hablado con su hermano. “Me aseguró que se sentía orgulloso de pertenecer a la Policía, institución a la que amaba desde niño. Se despidió con un ´te amo hermano´ y luego vine a enterarme de su muerte”, recuerda Jhon Alexander, un destacado efectivo de la Dirección de Inteligencia Policial (DIPOL).
La noticia cubrió de luto a los anzoategunos, que se volcaron a las calles para recibir el ataúd cubierto con la bandera de Colombia y acompañarlo en procesión hasta su casa en el barrio Ecuador.
 A las 3 de la tarde del lunes, Anzoátegui se volvió a paralizar para despedir al deportista, lector y gran policía que era José Guillermo. Su padre quien labora como conductor de una ambulancia, no permitió que el odio lo cegara. “le pidió al presidente Santos que siga buscando la paz para que no haya más violencia en nuestro país”. Su hermano hizo lo propio y, pese a su dolor, hoy se esfuerza por ser un mejor policía, porque sabe que su trabajo y el de su hermano contribuyeron a sembrar la semilla de la paz en Colombia.
En su memoria, la Policía Nacional lo ascendió póstumamente a subintendente. Y su hermano gemelo, con su vida truncada por perder a su gran consejero, sigue combatiendo todas las modalidades del crimen organizado para así ayudar a construir un país seguro y en paz.

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